Tras aplicar los tipos de los diferentes tramos, obtenemos la «cuota íntegra».
En el caso de la base general, a la cuota íntegra se le resta el «mínimo personal y familiar» (MPF).
El mínimo personal y familiar es una disminución del IRPF que depende de las circunstancias personales y familiares de cada uno (hijos a su cargo, personas con discapacidad, etc).
Deducciones
La cuota íntegra se puede reducir gracias a las «deducciones» (no confundir con las «reducciones»).
Las reducciones reducen la base imponible y, por lo tanto, reducen el tipo impositivo a aplicar.
En cambio, las deducciones reducen la cuota íntegra y reducen la factura fiscal independientemente de las rentas de cada uno.
Tras aplicar las deducciones obtenemos la «cuota líquida».
Salida del sistema: la cuota diferencial
Una vez calculada la cuota líquida, estamos a un paso de saber si la declaración de la Renta nos sale a pagar o a devolver (**).
Para ello, a la cuota líquida le restamos lo que hemos ya pagado a Hacienda por adelantado mediante los ingresos a cuenta y pagos fraccionados.
Así obtendremos la «cuota diferencial».
Si la cuota diferencial es positiva, nos sale a pagar.
Si es negativa, nos sale a devolver.
Ahora, ya tienes el mapa para hacer tu declaración de la Renta.
Si no las has presentado, te recomiendo que entres en Renta Web y busques cada uno de los conceptos que te he explicado hoy.
Porque recuerda, si no conoces las reglas, no puedes ganar el juego.
(*) Esta división es una simplificación.
(**) Realmente, habría que aplicar los incrementos y deducciones para obtener la cuota resultante, pero, por sencillez, nos saltamos ese paso.